lunes, 1 de febrero de 2010

HISTORIA Y FUNDACION DE SAN JACINTO


La Hacienda de San Jacinto
En el siglo XVIII la hacienda de San Jacinto fue propiedad del Colegio de Jesuitas de Zacatecas, perteneciente a la compañía de Jesús, hasta que en 1767, la congregación religiosa fue expulsada del imperio español. Esta situación provocó que sus propiedades fueran vendidas. La hacienda la adquirió don Pedro Romero de Terreros, Conde de Regla. Cuando este murió se la vendieron al Coronel Diego Rul, que también fue propietario de las haciendas de Cieneguilla, Ciénaga Grande y Tetillas.
Tanta era la tierra que tuvo este hombre que resultaba imposible administrarla, por lo que importantes fracciones s entregaron a medieros y arrendatarios para que las trabajaran.
En San Jacinto, como en otras haciendas se introdujo el uso de la tecnología para elevar la productividad. Así apareció el pozo artesano, la máquina de vapor para mover la trilladora, la desgranadora y la picadora. Sin embargo la inestabilidad política y la inseguridad que reinaron durante el siglo XIX desalentaron las prácticas laborales en las haciendas, aunado a esto los bandidos a punto de rifles y pistolas asaltaron las haciendas, llevándose caballos, dinero y alimentos.
Los descendientes de Diego Rul vendieron la hacienda a un español de nombre Joaquín Llaguno, que en la época de la intervención francesa la fraccionó en tres lotes de 15,000 hectáreas cada uno para entregárselas a sus hijos.
Micaela Llaguno, dueña de los lotes donde se encontraba la casa grande heredó la propiedad a sus sobrinos: Manuel, Carlos, Enrique, Rosa, María de los Dolores y María de Luz Llaguno. A los nuevos propietarios les resultó difícil realizar la división material de la finca y decidieron administrarla en común.
Carlos Llaguno, el más empeñoso de los sobrinos de doña Micaela o al menos el más interesado en conservar la hacienda decidió comprarles a sus hermanos. La primera con la que llegó a un acuerdo fue con Rosa, a quien en mayo de 1899 le compró su acción. En el curso del siguiente año hizo otro tanto con Manuel, María de los Dolores y María de la luz, de tal manera que ya era dueño de cinco de las seis acciones en las que estaba dividido el valor de la hacienda de San Jacinto. El único que aparentemente se resistía a vender era Enrique, a quien tuvo que darle en pago de sus derechos el rancho de Mesillas, con una extensión de 3,109 hectáreas.
De esta forma, Carlos Llaguno se convirtió en el único dueño del lote centro de la hacienda de San Jacinto, que después de la separación del rancho de Mesillas tenía una extensión de 12 mil hectáreas. Es importante aclarar que Carlos, sólo les dio a sus hermanos un pequeño enganche y les garantizó con una hipoteca de la misma finca el pago de la diferencia. En total quedó debiéndoles a sus hermanos cerca de $40,000, lo que significaba que tan sólo por concepto de intereses debería hacer un desembolso anual de $2,400. Durante varios años se mantuvo al corriente e incluso en julio de 1904 saldó su cuenta con Rosa. Sin embargo, a la larga ese compromiso resultó difícil de manejar y para hacerle frente a su deuda, se vio obligado a vender 6,652 hectáreas que formaban la hacienda de La Punta, la cual fue comprada por Ramón Pérez en $40,000.
La hacienda de San Jacinto, que en sus buenos tiempos llegó a contar con 45,000 hectáreas terminó con una superficie de 3,700 hectáreas. En esos buenos tiempos dependieron de ella Natillas, La Punta, Mesillas, Carboneras, San Antonio, El Río, Los Hornos. Ojo Zarco, Chiquihuite y Tepatatillo, además de los sitios de Molinos y Viudas. Sin embargo poco a poco fue perdiendo poderío, hasta quedar abandonada.
Referencia: Gómez Serrano, J. (2005). Haciendas y ranchos de Aguascalientes. Fondo cultural Banamex, A. C. y Universidad Autónoma de Aguascalientes.

2 comentarios:

  1. 18 de junio de 2015
    Tengo mucho interés en conocer más sobre La Hacienda de San Jacinto. Mucho le agradecería me diese su correo, para contactarla, ya que veo que usted es una erudita al respecto. Atentamente, H. González

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  2. 18 de junio de 2015
    Tengo mucho interés en conocer más sobre La Hacienda de San Jacinto. Mucho le agradecería me diese su correo, para contactarla, ya que veo que usted es una erudita al respecto. Atentamente, H. González

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